Casa y Alojamiento:
Primero asígnale un lugar a tu perro. Puede ser dentro o fuera de la
casa, sólo fíjate que en él se pueda resguardar del sol, la lluvia y el
frío. Si va a vivir dentro de la casa, escoge un espacio especial para
colocar su cama. Tu perro debe tener su propio espacio.
Mantén siempre limpio el lugar donde habita tu perro, además de seco y
ventilado, para que no guarde humedad, calor ni malos olores. Es lo mejor
para el perro y para ti.
Nunca uses desinfectantes comunes en el hogar, como cloro, limpiadores para
pisos, para vidrios, etcétera. Puedes usar detergente, pero debes enjuagar
muy bien la casa para no dejar residuos, porque ocasionan alteraciones en
la piel de los animales, las cuales pueden llegar a ser graves.
Tampoco utilices insecticidas, a menos que tu perro no esté en contacto con
estos productos. En todo caso, después de la aplicación ventila
perfectamente el área por lo menos cuatro o cinco horas antes de que tu
mascota esté en el lugar. Los insecticidas le causan intoxicaciones severas
y hasta la muerte.
Jamás dejes venenos o productos para exterminar fauna nociva, como venenos
para ratas, cucarachas, alacranes, etcétera, al alcance de tu perro, porque
estos productos pueden matarlo en pocas horas si no los atiende inmediatamente
el veterinario.
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Accesorios y utensilios:
Los accesorios ideales para alimentar y darle agua a tu mascota
están hechos de aluminio porque este material no se oxida y es fácil de
asear. Además, tu perro no podrá mordisquearlos. También son aceptables los
accesorios de plástico, siempre y cuando tu perro no los destruya. Es
importante que escojas el tamaño de los utensilios en proporción al animal
y que consideres el número de animales: cada uno de ellos debe tener su
propio plato, para evitar pleitos o que alguno se quede sin comer.
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Los Juguetes:
Los huesos de carnaza son ideales, porque además de servir como
juguetes, son efectivos para limpiar los dientes y fortalecerlos. Son
especialmente útiles cuando los cachorros destruyen las cosas del hogar. Te
conviene comprar al menos uno a tu perro.
Las pelotas deben ser proporcionales al tamaño de tu perro. Nunca deben ser
pequeñas porque tu mascota puede tragárselas y causarle diversos trastornos
o hasta la muerte por obstrucción. Tampoco deben ser de esponja ni plástico
flexible –pelotas inflables–, pues al morderlas es fácil que tu perro
trague fragmentos del material, y con el tiempo tenga trastornos intestinales
severos.
Se recomiendan los muñecos de trapo.
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En el Baño:
¿Cada cuándo debes bañar a tu perro? Debes bañarlo cada tres o
cuatro semanas, para evitar el exceso de humedad en la piel y, como
consecuencia, su resequedad.
¿Con qué debes bañarlo? Usa agua tibia y jabón neutro, con el fin de evitar
enfermedades de la piel, como resequedad, caspa, urticaria, etcétera. Si el
animal tiene parásitos externos como pulgas o piojos, báñalo con algún
jabón especial, como jabón del Perro Agradecido, Asuntol o alguno
recomendado por tu veterinario.
Nunca uses champú, acondicionadores, ni detergentes, porque resecan la
piel, causan caspa, o problemas que pudieran llegar a ser graves.
Cepillado. Si tu perro es
de pelo largo cepíllalo a diario con una carda especial –cepillo para
perros– y si es de pelo corto, cepíllalo por lo menos 3 veces a la semana
para mantener la sedosidad y brillo del mismo.
Uñas. Si tu perro vive dentro de la casa
es necesario que le revises las uñas, porque en esas condiciones las uñas
no se desgastaran naturalmente y crecen en exceso. Esto le causará molestia
al caminar, dolor e, incluso, se le pueden enterrar y producir abscesos.
Mejor recórtalas cada dos o tres meses con la ayuda del veterinario, según
sea el caso.
Oídos. Son una parte fundamental de la
anatomía de tu perro. Junto con el olfato, los perros piensan con este
sentido; quizás lo usan más que la vista. Por tanto, debes limpiar los
oídos de tu perro con detenimiento y cuidado por lo menos una vez al mes.
El procedimiento es relativamente sencillo. Puedes utilizar agua oxigenada
o un poco de vinagre rebajados con la misma porción de agua. Limpia la
oreja de la parte interna –la que está en contacto con el cuerpo– con un
algodón mojado con alguna de las sustancias mencionadas, cuantas veces sea
necesario hasta que queden bien limpias. Posteriormente, con una mano
levanta la oreja y con la otra moja un algodón limpio; exprímelo lo más
posible dentro del oído. De inmediato, oprime ligeramente la parte baja del
oído –no de la oreja–, y dale un ligero masaje por unos segundos. Deja que
tu perro sacuda la cabeza para que expulse el exceso de líquido del oído.
Por último, con un algodón seco limpia la parte interna de la oreja y del
conducto auditivo. Repite el mismo procedimiento para limpiar el otro oído.
Desde luego, para que lo hagas bien, necesitarás algo de práctica.
Sacos anales. Comúnmente olvidamos los sacos
anales o simplemente no sabemos que existen, pero juegan un papel
importante. Si no los limpias constantemente tu perro defecará con
dificultad o sufrirá de estreñimiento severo y dolor.
Estos sacos se encuentran en la parte interna y final del recto,
junto al ano. No se ven pero puedes palparlos. Para limpiarlos, levanta la
cola a tu perro. Al lado del ano sentirás pequeños abultamientos –éstos son
los sacos anales. El procedimiento es fácil. Colócate a un costado del
animal; levántale la cola con una mano, y con la otra desliza suavemente
los dedos índice y pulgar a ambos lados del ano para que no lesiones el
área. Un líquido maloliente saldrá a presión: es excremento atrapado en los
sacos que no puede salir sin una ligera presión. Si nada sale, no te
preocupes: pudiera ser un buen signo, pues tu perro pudo hacerlo sin tu
ayuda, con el famoso cochecito. Si no sale nada pero sientes abultamiento
en los sacos, consulta al veterinario.
Si tienes un perro de raza pequeña seguramente tendrás que limpiarle los
sacos anales. Si, en cambio eres dueño de uno grande o mediano, a lo mejor
no tendrás que hacerlo, pero no te confíes.
Dientes. Son una parte importante, pues con
ellos tu perro tritura el alimento que come. Lávalos con productos y
cepillos especiales para perros; nunca con tu pasta, es muy agresiva para
ellos, les pica y les arde. Si prefieres, proporciónale huesos de carnaza
para que se los limpie él mismo y te liberes del round.
Ojos. Los ojos son la vida. Los animales
de razas pequeñas suelen sufrir padecimientos en los ojos, generalmente se
les irritan y lagrimean mucho. porque se encuentran cerca del suelo y el
polvo los infecta. Te recomendamos laverle los ojos y el área por donde
corre la lágrima –pelitos pigmentados– por lo menos tres o cuatro veces a
la semana con agua de manzanilla tibia y fresca. Si tu animalito presenta
otros signos, como ojos cerrados, párpados inflamados, dolor al tocarlos,
comezón, inflamación del tercer párpado por más de cinco días, u opacidad
del ojo, llévalo al veterinario para que haga la revisión pertinente. No
dejes pasar más de ocho días sin que tu perro sea examinado por un
veterinario. La negligencia puede ser grave.
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Instrucciones
para salir a pasear:
Acostúmbralo a salir siempre con collar y correa. De esta manera
puedes tener control sobre él y evitar que lo atropelle un coche, agreda a
alguien, se pelee con otro animal o se extravíe.
Ponle siempre su placa de identificación. Si llegara a extraviarse, la
placa aumenta grandemente tus posibilidades de encontrarlo.
Siempre lleva contigo una bolsa para levantar el excremento de la vía
pública.
Vigila que no coma desperdicios, excremento de otros animales, tierra,
etcétera, pues puede enfermarse.
Si vas a salir en coche, no le des nada de comer, por lo menos dos horas
antes de la salida. Se trata de que no vomite ni defeque en tu coche.
Puedes darle de beber agua solamente antes y después del paseo. De todos
modos, asegúrate que orine antes de subirse al coche. De ser posible,
llévalo en jaula transportadora; es lo mejor.
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El Manual del Perro viajero:
Acostúmbralo a salir siempre con collar y correa. De esta manera
puedes tener control sobre él y evitar que lo atropelle un coche, agreda a
alguien, se pelee con otro animal o se extravíe.
Ponle siempre su placa de identificación. Si llegara a extraviarse, la
placa aumenta grandemente tus posibilidades de encontrarlo.
Siempre lleva contigo una bolsa para levantar el excremento de la vía
pública.
Vigila que no coma desperdicios, excremento de otros animales, tierra,
etcétera, pues puede enfermarse.
Si vas a salir en coche, no le des nada de comer, por lo menos dos horas
antes de la salida. Se trata de que no vomite ni defeque en tu coche.
Puedes darle de beber agua solamente antes y después del paseo. De todos
modos, asegúrate que orine antes de subirse al coche. De ser posible,
llévalo en jaula transportadora; es lo mejor.
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